Yo no sabía cómo mi padre veía todas esas cosas en la sala, realmente yo solo oía a Jimmy Page haciendo un majestuoso solo con el arco de un violín, rozando las cuerdas de su Gibson Les Paul.
-¡Oye, pa! - le grité.
-¿Qué pasó, pollita groovy?
Así me decía mi papá, un hippie con el cabello rubio, cuyas puntas rozaban su cintura, y sus lentes azules y redondos que le daban un aspecto de John Lennon con agua oxigenada, digamos un Rick Wakeman con anteojos.
-¿Qué es ese gotero de ahí? - dije apuntando al pote ya mencionado.
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi7x5AeIwpU16WS5xJ5YWsLIcb5xat49MCCZBZplX_i4iiVCHqnxiHvm4u290EClmIyDcBFWcqtYBBHrc0un5ojUDOrK9n58wfqtK3Fo9a-EJTGBmbtDmtPp7I2T8d-iUtzgqIRXWPFR-dd/s1600/1645143-jpeg_preview_large.jpg)
-Está bien.
Pero, no podía dejar de pensar en cuál era la razón por la que el viejo lo tomaba todos los días, con Pink Floyd, con Gentle Giant, Emerson, Lake and Palmer... Y la que más le causaba emoción: "Lucy in the Sky with Diamonds". "Tan simple, pero tan fantástica", decía mientras reía desquiciadamente, y además jugaba con una de las piezas de diamante de una artesanía que perteneció a Syd Barrett.
Decidí fingir tos, pero me dio otra cosa cuando le dije que necesitaba del gotero.
-No, no... Es un remedio para... para la "Esternocleidomastoideosis".
Como no sabía qué rayos era eso, al parecer se había salido con la suya el señor groovy.
A las 3:27 a.m., lo recuerdo exactamente busqué el estúpido pote. Ya estaba harta y la tentación me llamaba poco a poco. Ansiosa, me acerqué al gotero.
Encendí la radio y tomé seis gotas del líquido, sonó justamente "Lucy in the Sky with Diamonds".
El cuarto, totalmente oscuro, vio una luz salir de un hilo de una bata que estaba sobre el sofá. Su brillo iluminó las paredes y, en cuestión de minutos, la habitación se bañó de aguas del Arco Iris.
-Lucy in the Sky with Diamonds. - cantaba sobre las nubes rojas y verdes que flotaban sobre un cordero de tres cabezas que danzaba con desgano.
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiLnNyEqIBWnlMhCvAA03y0R_LlHDuDsGLv2iaR24_jGWQAgfGcv-INRDImJ6c_74Q0dcuGLCrALlhngiXkhO3VeBpZkZu1vpqhg9rYwRee8t06kWOYwk2JmNrz2RgCt1oI4zqOsJK0GRi0/s1600/syd_barrett.jpg)
-Pero ¿Estás bien, Lucy? - preguntó un ángel.
-Mientras esté aquí con mis diamantes todo estará bien, Ringo.
Desperté en el hospital junto a una cama donde estaba mi papá, quien tenía una grave cortada en su mano izquierda.
-Esto... ¿Fue mi culpa, pa?
-No, hija... Fue el maldito diamante de Syd Barrett.
No hay comentarios:
Publicar un comentario