viernes, 18 de noviembre de 2011

La Llegada del Caballero

  Atados a una puerta, los brazos de Judas manchan de sangre el pasto gris y las flores de loto del séptimo jardín. Ardiendo junto a un animal tricéfalo, las llamas del sufrimiento a viva voz sollozan sus lamentos. Estoy en el punto sin retorno, los ojos me observan a través de los vacíos troncos, estoy en el infierno. Una rata se acerca a las fauces del cerbero, y en cuestión de segundos no quedan más que huesos. No entiendo ¿Qué hago acá? No entiendo... ¿Por qué me has abandonado? Las puertas de mármol se abren y ya el terror, de mi alma se ha apoderado.

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