viernes, 30 de noviembre de 2012

La Luna y el Lobo



Cómo cambian las cosas con la Luna Llena, Lobo,
el Cuarto Creciente es pura tensión,
cambian las cosas, querido Lobo, 
cuando se entiende al corazón. 

Parece que la mañana fue solo una transición, 
el Lobo se había olvidado de la antigua canción,
veía la noche vacía, 
y la Luna Nueva en la penumbra escondida. 

Poco a poco la Luna fue girando,
para darle a la plata su turno, 
y el tonto Lobo vio el blanco, 
sobre el oscuro cielo nocturno. 

     Al principio no comprendía, 
y su amor el Sol creía,
pero cayeron hojas sobre él, 
y así, el Lobo entendió, 
aulló lo que le gritaba su piel
y la Luna Llena lo escuchó.

Cuatro letras tiene Luna, 
cuatro letras tiene Amor, 
cuatro letras tiene Lobo,
cuatro letras las tuyas,
y cuatro letras son.

martes, 27 de noviembre de 2012

Hojas

       Tus hojas son verdes y tienen bordes amarillos como si estuviesen comenzando a transformarse por el precioso otoño. Tienen el color de la esperanza, pero esconden más que eso.

      Tus hojas son la unión del azul del mar y el amarillo del Sol... tus hojas son verde mar y el reflejo del Sol las rodea rebosando y como evaporándolas.

      Tus hojas son Art Nouveau, son fantasía, son canciones de amor, son melancolía, son belleza y sobre todo, son verdes con los bordes amarillos.

¿Cuáles hojas?
— Tus ojos. El femenino de ojo es hoja... ¿No?

    Me gustan tus hojas y verlas entrecerrándose cuando sonríes. Me gustan tus hojas cuando están mirando a mis ojos y me parece que puedo dar un vistazo a la eternidad del presente. Me gustan tus hojas cuando brillan con dulzura. Me gustan tus hojas verdes y con bordes amarillos como si estuviesen comenzando a transformarse por el precioso otoño que eres tú misma. Me gustan tus hojas...

viernes, 23 de noviembre de 2012

Lo que creo y lo que sé

     Creo que seré un poeta ahora que ando en la intensidad y los cuestionamientos y altibajos de la misma intensidad. No encuentro respuestas para mis preguntas, pero sé que temo... sé que temo, pero no sé qué temo. Creo que comienzo a dudar de mi misma incertidumbre... y me gustaría explicar por qué.

     Sé cuatro cosas con mucha seguridad: Que temo, que el silencio es mi error, que no tengo idea de cómo luchar contra mi error y la cuarta me la callo... Espero que no sea un error.

      Creo que peco de breve al escribir solo estas pocas cosas, pero temo... y el temor me hace callar. La duda me hace callar e inundarme en pensamientos. Descartes tiene razón, pero hay que trabajar demasiado para conseguir conocimiento si la duda no surge de entre los labios del pensador. 

      Sé lo que creo y creo que ella me encanta... Creo que lo sé, pero no sé... Mejor me callo, no vaya a ser que me equivoque más.

jueves, 22 de noviembre de 2012

Me vestí de Noche

      Me vestí de Noche como para ir a un funeral.  
      Me vestí de Noche y me encontré en la Noche misma. 
      Me vestí de Noche para amar, pero los besos sabían a muerte. 
      Me vestí de Noche y falleció una parte de mí. 
      Me vestí de Noche para ti y me diste la espalda. 
      Me vestí de Noche para ir a mi cita contigo, pero a ti se te ocurrió ir de cuarto creciente.

    Vestido de Noche, la Luna se me mostró incompleta... y al detallarla, noté que el lado oscuro soy yo. 

      Me vestí de Noche, pero en verdad soy la Luna Nueva.
      Me vestí de Noche, pero no supe cómo abarcar el cielo.
      Me vestí de Noche creyendo que era fondo, pero soy forma.
      Me vestí de Noche y me percaté de que era muerte.
      Me vestí de Noche y creo que resucité.
      Me vestí de Noche, pero el silencio fue el único testigo. 

   Si no puedo hablar, ¡que me corten la lengua! Si soy muerte, ¡que me disparen vida en la frente! Si soy la Luna Nueva, ¡que se llene la luna! Si no soy la Noche, ¡que la Noche se apodere de mí y que por fin sea yo

domingo, 18 de noviembre de 2012

Ni en mis sueños

      Hasta en mis sueños te admiro de lejos, sonrío con tu sonrisa, me encierro en tus ojos y me pierdo en tus cabellos. Te ves preciosa, pero distante. Tan cerca, pero tan lejos. Una distancia que se mide en palabras y no en metros. Una insoportable diferencia que nos separa.

      Me pregunto si alguien habrá escrito alguna vez sobre una situación parecida: la mujer de mis sueños, que ni en mis sueños puedo abrazar. De la ilusión de un amor desconocido que parece estar en medio de una danza de ángeles que interpretan al unísono una melodía operística de "mírame, pero no me toques" y tu voz resaltando sobre la de los angelitos barítonos. Te imagino cantando en un registro único, llegando cómodamente a emitir armoniosos sonidos que no imaginaría jamás.


      Ni en mis sueños te logro hablar. Ni en mis sueños te logro tocar. Es como si estuvieras detrás de la pantalla de un televisor y yo intentara hablarte, pero para qué si no me vas a escuchar. No sé cómo serán las cosas mañana, pero por los momentos: que se disipe la noche y se oculten las estrellas. Pues, ¡al alba venceré!

miércoles, 14 de noviembre de 2012

Lágrimas en la Lluvia

        Los lunes la lluvia cae...  como el resto de la semana. ¿Me pregunto por qué llueve tanto en esta ciudad? "Es el calentamiento global" dice mi tía. "Eso siempre ha sido así" dice mi abuelo. "Ese seguro es el gobierno" dice el primo de mi papá. Yo creo que son todos juntos. Creo que la lluvia es un enfermedad hereditaria.

    Llovió ayer, llueve hoy, lloverá mañana. No parará de llover porque no parará de llorar. La lluvia es a veces destrucción, pero también es abundancia y fertilidad. Prefiero creer que esta lluvia nos traerá alegrías nuevas y no angustias que se evaporaron, se condensaron y volvieron a precipitarse sobre nosotros.


       Los lunes la lluvia cae... como el resto de la semana... y creo que ya sé por qué llueve tanto en esta ciudad. No es el calentamiento global... y tampoco es el gobierno. Es porque siempre hay razones para llorar... no sé si siempre las ha habido como dice mi abuelo, pero no todas las lágrimas son de tristeza; y después de la tormenta, esperamos a que nos salude el sol... o la luna.

Gracias a Joe Satriani y a Teresa Le Maitre.

viernes, 9 de noviembre de 2012

El Canto de las Aves y el Sol

      En mi vida todo lo que suena a belleza es mujer. Todo lo que me parece indescriptible de cualquier modo lo intento describir. Todo lo que creo que es mortal lo entrego a la literatura para que ella lo vuelva eterno.

—¿Qué es ese sonido tan hermoso?
—Son las aves cantando.

      Dije una vez que la literatura era un pájaro. Dije también que la voz de "mi Noelia" era como el canto de las aves. Podría pensar, entonces, que su voz es poesía. Su palabra es arte, es luz, es amor. Su voz es todo y al mismo tiempo es nada. Podría pensar que la amo, pero no lo sé.

—¿Es posible pensar tantas cosas románticas de una preciosa mujer sin siquiera conocerla?
—De que es posible; es posible, pero no creo que sea lo correcto.
—¿Y usted qué tanto sabe de amor?
—Lo mismo que usted, claro está.
—En ese caso, he de suponer que no sabemos nada... ¿Y qué es lo correcto?
—Lo correcto es lo que no es incorrecto.
—Correcto.



      El canto se escucha distante, 
y el maravilloso sol,
que es su belleza radiante, 
se va sin decirme adiós.

Las horas más sublimes han de ser,
en las que pueda oír su palabra cuando hable,
 responderle con mi voz, 
considerada académicamente como "aceptable", 
y que su piel de luna con brillo de sol,
me alumbre y me dé calor.


      En mi vida todo lo que suena a belleza es mujer. Todo lo que me parece indescriptible de cualquier modo lo intento describir. Todo lo que creo que es mortal lo entrego a la literatura para que ella lo vuelva eterno. Todo lo que quiero es amor, porque amor soy y en amor me convertiré. Todo lo que me hace falta es tu canto y tu sol; placeres para mis oídos y para mi visión.