viernes, 15 de abril de 2011

Ritorna a me, Francesca.

   Nueva York está a tan solo 10 kms., el crucero avanza y aún no hallo a Francesca Benutti.

   La incertidumbre trepa por mis hombros, y pesa más que el ancla del barco. Sus labios rosa, sus cabellos rojos, sus ojos verdes y su cuerpo de diosa, describen a Francesca, la mujer más hermosa. No hay por dónde buscar, pero su piel deseo tocar, las ansias de besar su boca una vez más consumen lentamente mis pensamientos, y estallan junto a todo lo que en mi corazón por ella siento.

  No me monté en esta nave porque a Nueva York ir buscáse, sino porque creí haber visto a mi preciosa ave montarse, no porque tuviese plumas, sino porque la necesidad de rimar me abruma. En Milano, la situación era distinta, nuestro amor estaba escrito con una rojiza tinta, los besos de Francesca, me sacudían la testa, la vida con Francesca, me sacudía la testa y cuando me intentó matar Francesca... Me sacudió la testa.

  Derramadas las lágrimas sobre las poesías con tu nombre, vuelvo a ti siendo ahora un nuevo hombre. Arpeggios en un piano, me recuerdan a tu... tu... jeje... Me recuerdan a ti y la única vez en que realmente te mentí, las otras no cuentan, no son más de cincuenta, y nueve, mil. No son muchas, pero tú igual no me escuchas.

  Parlo con tutti, ma non riesco a trovare Francesca Benutti. Será que no te montaste en este crucero, quizás te confundí con Lucero ¡Oh, por Dios! Estar equivocado espero, después de todo ni te pareces a ella, tú eres infinitamente más bella, es más, infinito más uno para ti, ragazza y doncella.

  Ritorna a me, ritorna a me. Io ti amo, ti amo más que a il mondo, te amo como a los pastelitos redondos, más que a los pastelitos redondos.

   Nueva York está a tan solo 10 kms., el crucero avanza y aún no hallo a mi amada, Francesca Benutti.

No hay comentarios:

Publicar un comentario